Siguiendo con la idea de proponer playas en las que disfrutar este verano, continuamos repasando la costa este de Mallorca. Si la semana pasada os hablé de Cala Rajada, hoy vamos a el Caló d'en Sureda, situado justo al otro lado del Parque Natural de Llevant y al final de la Bahía de Alcúdia.
Rodeado de un paisaje fabuloso que aúna mar y montaña, el Caló d'en Sureda es un conjunto de pequeñas caletas de roca o piedras, mayoritariamente de acceso complicado. Algunas, como la que se encuentra justo delante de la urbanización de Betlem, tienen una escaleras para bajar hasta la orilla; otras, te obligan a utilizar el ingenio, el equilibrio y el espíritu aventurero para encontrar la mejor manera de bajar (y después volver a subir) con éxito por las rocas. Pero son precisamente estas dificultades naturales las que aportan belleza a este tramo de costa. Se agradece que todavía existan zonas de costa salvajes que no han sido modificadas, trabajadas y/o urbanizadas por el hombre.
Llegar hasta el Caló d'en Sureda no es cosa fácil tampoco. De hecho si ahora me hicieran repetir el camino a mi sola no sé si sería capaz de llegar porque tuvimos que cruzar un bosque. Y ya se sabe lo que pasa en los bosques, si no te los conoces te puedes pasar el día dando vueltas y más vueltas sobre el mismo punto. La gran suerte que tuvimos es que a nosotras nos guiaba una amiga mallorquina de toda la vida que se conocía la zona como la palma de su mano. Los que no tengáis la suerte de tener un guía local podéis llegar al Caló d'en Sureda armados con un mapa y un buen sentido de la orientación. En total es un paseo de 15-20 minutos, un poco más si queréis llegar hasta Betlem, pero la excursión vale la pena.
Antes he dicho que esta zona no ha sido modificada por el hombre y si embargo os he hablado de una urbanización. Betlém es la única construcción humana que se puede encontrar en este tramo de costa y es un conjunto de casas de arquitectura inspirada en las construcciones arábigas, el nombre no está puesto en vano. Es como un oasis en medio del desierto que recuerda a los edificios que siempre hemos visto en los cuentos de las Mil y una noches tanto en la forma como en la variedad de colores.
Así que, si buscáis un sitio tranquilo para tomar el sol y refrescaros con un baño, no dejéis de visitar el Caló d'en Sureda cuando viajéis a Mallorca.
Texto y fotografía: Vanesa Hereu
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