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13 mar 2013

VAMOS... a ser originales


Cada vez cuesta más sorprender o llamar la atención de la gente. La "sobreinformación" a la que estamos sometidos y la facilidad con la que podemos acceder a todo tipo de contenidos hacen que los publicistas, los creativos y todas las personas que están involucradas en las campañas publicitarias y de marketing se tengan que exprimir los sesos para encontrar ideas originales, que destaquen y se alejen de todo lo que hayamos podido ver hasta ahora. Por suerte, algunos lo consiguen y acaban saliendo a la luz algunas campañas muy divertidas y dinámicas.



En un centro comercial hay un dispensador que ofrece paquetes de Mikado, en teoría gratuitos, acompañado de una pantalla gigante que incita a querer uno. Cuando alguien se acerca y toca el botón para pedir un paquete, la máquina deja caer una caja de Mikado, pero todo tiene un precio y la persona, de golpe, se ve involucrada en una situación surrealista.




Una agencia de publicidad de la India, cansada de tener que explicar como acceder a sus oficinas porque nadie era capaz de encontrar la puerta, acaba colgando una trompa de elefante gigante en la fachada para llamar la atención de los viandantes.



Para demostrar la practicidad de sus muebles y cómo nos pueden ayudar cuando queremos amueblar un piso pequeño, IKEA Francia construyó un apartamento de 54m2 en la estación de metro de Auber de París, en el que durante unos días convivió un grupo de 5 jóvenes. Siguiendo la idea de Gran Hermano, los usuarios del metro podían ver en todo momento cómo avanzaba el día a día de los 5 compañeros de piso.



Siguiendo con el concepto de "repartir felicidad" que desde hace un tiempo Coca-cola está explotando, el día de San Valentín, la compañía instaló en un centro comercial de Istambul un dispensador de refrescos especial para parejas que solo se activaba si las personas que querían una lata podían demostrar que realmente tenían una relación. 

TNT
En una plaza tranquila de un pueblo de Bélgica, un día aparece un stand con un botón y un cartel que pone: "Apretar para añadir drama". Como las personas somos curiosas, varios viandantes acaban sucumbiendo a la tentación y apretando el botón. De golpe, la plaza tranquila se convierte en el escenario de todo tipo de situaciones. 

Texto: Vanesa Hereu

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