Se acabó la Navidad. Se han acabado los atracones, los brindis, las reuniones familiares y todos los excesos relacionados con estas fechas. El punto y final a estos días festivos ha sido la llegada de los Reyes Magos. Una celebración que los niños viven con mucha ilusión y a los mayores nos convierte en niños de nuevo.
En cada pueblo los reyes llegan de forma distinta. Yo los recibí en l'Escala y disfruté un año más de su llegada en barco.
Después de la cabalgata por las calles del pueblo, sus majestades los Reyes Magos subieron al balcón del ayuntamiento para que el alcalde les hiciera entrega de la llave mágica que abre todas las puertas del pueblo y hacer sus discursos.
El rey Melchor nos recordó que hay que ser buenos con la família y los amigos y que no nos tenemos que pelear con nuestros seres queridos. También nos confesó que le gusta mucho "El cargol", una roca que tenemos en el pueblo.
El rey Gaspar nos advirtió que tenemos que estudiar mucho; que nos tenemos que esforzar en la escuela para sacar buenas notas y portarnos bien en clase. También comentó que le gustaban los pilones que se veían al llegar a la playa porque le recordaban a su tierra.
Por último, el rey Baltasar nos dijo que le gustan mucho nuestras playas y que no descarta venir en verano de vacaciones.
Una vez finalizados los discursos, los tres se dirigieron a la iglesia para repartir caramelos a todos los niños y niñas y para recordarles que tenían que acostarse pronto si querían que les trajeran todo lo que habían pedido.
Texto y vídeo: Vanesa Hereu
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