"Después de haber superado una Guerra Civil, un incendio devastador y un conflicto inmobiliario, la libreria Catalònia cerrará definitivamente sus puertas". Así empieza el comunicado con el que una de las librerías más míticas de la ciudad de Barcelona se despide de sus clientes. 88 años después de su apertura, la Llibreria Catalònia se ve obligada a decir adiós y cerrar el chiringuito de forma "irrevocable". La causa no es otra que la fuerte crisis económica que estamos viviendo y que se acentúa en el sector literario.
Como lectora que soy, no me ha gustado nada enterarme de esto. De hecho no me gusta escuchar ninguna noticia que hable del cierre de un negocio, sea de la naturaleza que sea, pero desafortunadamente cada día aparecen casos nuevos. Por eso, entro todos, tenemos que intentar cambiar la situación. Es complicado, estamos todos ahogados por los impuestos, el paro, los precios que cada día suben más... pero no nos podemos permitir el lujo de dejar morir la cultura. Entre todos tenemos que hacer que esto funcione, tenemos que ir al cine, leer libros, escuchar música, ir a museos... todo esto nos hace más ricos y más fuertes.
De todas formas, lo que más me ha chocado ha sido descubrir que, en breve, en la Ronda Sant Pere, 3, cambiaremos libros por hamburguesas. Y es que ya se ha hecho público que el comercio que ocupará el local de la Llibreria Catalònia será un McDonalds. Cambiamos cultura por fast food. No me gusta.
De todas formas, lo que más me ha chocado ha sido descubrir que, en breve, en la Ronda Sant Pere, 3, cambiaremos libros por hamburguesas. Y es que ya se ha hecho público que el comercio que ocupará el local de la Llibreria Catalònia será un McDonalds. Cambiamos cultura por fast food. No me gusta.
Texto: Vanesa Hereu
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