Cuando fuimos a Córdoba estas Navidades mi padre solo puso una condición: él quería ir a la plaza de la Corredera porque la había visto en el programa Lo sabe, no lo sabe y quería conocerla en persona. Así que durante una mañana de paseo nos dejamos caer por la plaza y nos encantó a todos.
Resulta que la Plaza de la Corredera es la única plaza mayor cuadrada de Andalucía y una de las más emblemáticas de España junto con la de Madrid y la de Salamanca. A lo largo de su historia se ha utilizado para todo tipo de actividades lúdicas o festivas, incluso para corridas de toros, de ahí su nombre. Su diseño y estructura también ha ido variando con los años. La plaza que vemos hoy data de 1683 y fue un proyecto del arquitecto salmantino Antoni Ramos Valdés que visualizó una plaza rectangular de 113 m de largo por 55 ancho y rodeada de arcos.
Una de las cosas por las que se ha caracterizado siempre esta plaza es por ser una zona de negocios, de ahí que desde mediados del siglo XIX y hasta los años 80 del siglo XX se convirtiera en el lugar más común para la negociación de cualquier trato, venta o compra. Con este espíritu tan comercial no es de extrañar que en la Plaza de la Corredera se pudiera encontrar a todo tipo de personajes relacionados con la picaresca, sobre todo en las tabernas. Más legales eran los vendedores ambulantes que se colocaban bajo los soportales para vender todo tipo de utensilios, desde zapatos, relojes o libros viejos y de ocasión, hasta jaulas y pájaros. Hoy en día todavía queda rastro de todo este movimiento mercantil y bajo los arcos encontramos vendedores ambulantes de cestas, ropa o incluso una tienda de antigüedades. Por lo que se refiere a las tabernas, hoy se han convertido en bares con unas terrazas en las que da gusto sentarse a tomar algo.
Pero no solo la plaza tiene historia, los edificios que la rodean también. El ahora Mercado de Sánchez Peña no siempre se ha utilizado para vender y comprar alimentos, sino que este edificio ha albergado la sede consistorial, una cárcel y una fábrica de sombreros. En la parte suroeste de la plaza se encuentran las Casas de Doña Ana Jacinta, un buen reflejo de la arquitectura de los siglos XVI y XVII. Para terminar, y ya fuera de la plaza, encontramos "La cazuela de la Espartería", un coqueto restaurante en el que, según me han contado, Sergio Ramos y Pepe Reina quedan de vez en cuando para ponerse al día mientras degustan sus platos favoritos.
Texto y fotografías: Vanesa Hereu
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