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28 ene 2013

VAMOS... a pasear por la Royal Mile


Empezamos la semana paseando por una de las zonas más emblemáticas y turísticas de Edimburgo. La Royal Mile es sin duda uno de los puntos imprescindibles si estáis en la capital escocesa, básicamente porque alberga muchos edificios históricos y porque es el eje principal del casco antiguo. Lo mágico de la Royal Mile es que está formada tanto por edificios de una gran belleza arquitectónica como otros más decrépitos y apagados. Una mezcla ecléctica que hará que vayas andando mirando hacia todos los lados, con los ojos como platos y la boca abierta.



  


Pero la Royal Mile no es una calle, sino que es el conjunto de seis calles, una a continuación de la otra. Así pues la "milla real" la forman Castle Esplanade, Castlehill, Lawnmarket, Highstreet, Canongate y Abbey Strand, una unión que mide casi una milla escocesa (1'8 km), de ahí el nombre.





La Castle Esplanade es la plaza que encontramos justo antes de llegar al castillo de Edimburgo, el edificio histórico más popular del país y punto de partida de la Royal Mille. El Din Eidyn o Fortaleza de Eidyn se ha utilizado, a lo largo de su historia, como palacio, cuartel, prisión y parlamento y es también la construcción que da nombre a la ciudad. Aunque en su interior hay muchas cosas para ver, tocar y fotografiar, hay que destacar la presencia de las joyas de la Corona y de la Piedra del destino, la piedra que Jacob utilizó como almohada cuando soñó con ángeles que subían al cielo (Génesis 28).








Si empezamos a bajar, entraremos en Castlehill, una calle estrecha pero con edificios tan interesantes como la Cámara Oscura, el primer edificio que se construyo en la ciudad con fines de entretenimiento. En su interior encontramos un espejo giratorio que proyecta una imagen panorámica de 360º de la ciudad y un sinfín de imágenes trucadas que sorprenderán al más incrédulo.






El tercer tramo, Lawnmarket, era antiguamente el mercado del hilo; hoy es una tienda de souvenirs al lado de la otra. Y de tienda en tienda llegamos a High street, el tramo más largo de la Royal Mile y el más concurrido, sobretodo durante el Festival Internacional de Edimburgo. Antes de seguir bajando, me gustaría destacar que cuando paseéis por la Royal Mile, no solo debéis fijaros en los edificios que la forman, sino que vale la pena que paréis en las esquinas para observar las calles que la cruzan y las vistas que ofrecen.


 



Cuando llegamos a la frontera entre High street y Canongate, tenemos que fijarnos en el suelo. En él veremos como unos broches de latón que marcan dónde estaba antiguamente la puerta para acceder al burgo. Es decir, Canongate antes no pertenecía a la ciudad, sino que estaba fuera de la muralla fronteriza. Finalmente llegamos a Abbey Strand, punto final de la Royal Mile.






Texto y fotografías: Vanesa Hereu

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