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28 nov 2012

VAMOS... a tomar unas bravas con Artur Martí



Estamos en el barrio de Sarrià de Barcelona camino del Bar Tomàs. Hemos quedado con Artur Martí para hablar de su proyecto musical. Artur nos dice que nos ha citado en “el Tomàs” porque ha venido varias veces y considera que “es un buen lugar para tener una conversación distendida”. Además, sus bravas “són espectaculares” y está en una de las zonas que más le gustan de Barcelona. Pedimos unas claras y unas bravas y empezamos a hablar.


A los 18 años empiezas la carrera de química, el primer año los resultados no te acaban de convencer y te compras tu primera guitarra. ¿Por qué una guitarra y no un pincel, por ejemplo? 
Porque siempre había tenido mucha inquietud a nivel musical, siempre me había sentido muy atraído por la música. Me habían hecho llegar canciones de Ben Harper cuando tenía 16 o 17 años y realmente el tipo de música que hacía Ben Harper era exactamente lo que yo sentía, lo que yo quería hacer, ¡simplemente esto! Tenía ganas de expresarme por otra vía. Sabía que tenía un abuelo que tocaba muy bien el violoncelo y tenía ganas de experimentar dentro de este mundo musical.

O sea que ya te viene un poco de familia... 
SÍ. Y la guitarra, en concreto, es porque es un instrumento muy fácil de llevar y muy cómodo.

Y cuando ya tienes la guitarra, ¿qué haces? ¿Te apuntas a clases de guitarra o tú mismo vas probando y tocando en plan autodidacta? 
Me compré la guitarra junto con el libro de auto aprendizaje y empecé a aprenderme todos los acordes por mi mismo. Así, poco a poco, fui aprendiendo.

¿Tocas algún otro instrumento además de la guitarra? 
Sí, el piano

¿Todos a base de auto aprendizaje?
Todos con auto aprendizaje. Bueno, hice dos meses de clases cuando tenía dos años de recorrido para asentar un poco las bases y después he hecho dos meses más con nivel avanzado para pulir un poco la técnica. Sé que todavía necesito dos años más para estar a tope y poder hacer una cosa cojonuda.


Ahora, con la carrera de bioquímica terminada y con una base musical sólida, ¿te consideras un bioquímico al que le gusta la música o un músico que ha estudiado bioquímica?
En principio sé de sobras que lo que me va a dar de comer es la bioquímica. Lamentablemente, el tema de las artes está muy mal, por lo tanto, vivir de la música actualmente está solo al alcance de unos pocos. Sé que el dinero para formarme como persona y llevar una vida como quiero, lo voy a obtener a través de la bioquímica, pero quiero apostar fuerte por la música. Quiero que sea un complemento, pero no poner todos los huevos dentro del mismo cesto, sino que una vez licenciado y con un curro de bioquímico, pueda apostar por la música sin quedar con una mano delante y la otra detrás en el caso que haya un fracaso.

Entonces, el proyecto de la música es como un proyecto a largo plazo.
Exacto. Me quedan dos años todavía para tener la economía suficiente, el nivel suficiente y los contactos suficientes como para poder sacar cabeza y es por lo que he estado luchando en los últimos años.

 "Es cuando las cosas no acaban de ir bien que la gente se para a pensar y, por lo tanto, reflexiona. Aquí empieza el arte como vía de expresión."

Repasando todos tus temas, hemos visto que todas tus letras son en castellano. ¿Por qué escogiste el castellano y no el catalán o el inglés?
Es curioso, pero creo que cada lengua da su que. He llegado a la conclusión que el castellano es una lengua más cerrada y el hecho que el castellano sea más cerrado implica que da cierta eternidad a las letras, es decir, es como algo mucho menos real pero a la vez es mucho más bonito y mucho más eterno. En cambio, el catalán y el francés son lenguas que me gustan mucho a la hora de hablar pero creo que quitan hierro a las cosas. Al ser unas lenguas más abiertas quizás son para expresar más felicidad o una cosa más cotidiana. El francés tiene el toque este más romántico, el catalán es más natural, además es mi lengua materna, el castellano es eternidad y el inglés te puede ayudar a expresar un poco más de chulería o de pasotismo, de dureza, de carcasa. Creo que cada lengua tiene su qué y si sabes jugar bien pues puedes encontrar el punto de las lenguas con la música.

Entonces, ¿hay una relación directa entre el hecho que escribas en castellano y que las letras de tus canciones sean tristes, melancólicas, de desamor? 
Completamente. Yo soy, siempre lo he dicho, 100% sincero con la música y para mi no tendría sentido escribir nada que no me hubiese pasado, nada que no fuese una experiencia personal. Si te paras a analizar todas las canciones, el 90% de las canciones con las que la gente baila o se anima tienen una esencia triste. Esto es que realmente la música y las artes son un buen camino para expresar sentimientos. Cuando las cosas van bien, la gente no se para a pensar, solo disfruta; en cambio, es cuando las cosas no acaban de ir bien que la gente se para a pensar y, por lo tanto, reflexiona. Aquí empieza el arte como vía de expresión.

Y a la hora de crear una canción, ¿qué es antes, la letra o la música?
Esta es una pregunta que me han hecho otras veces y que normalmente no sé responder. A veces hay frases que salen solas, que te pasan por la cabeza, que tienen cierto poder y que consideras que merecen ser plasmadas en una canción. Pero si que es verdad que, a la vez, también te aparecen melodías por la cabeza. Yo creo que para poder crear una canción, tienes que encontrar el punto clave en el que convergen una buena melodía con una buena letra.


Si hablamos ahora de tu actualidad musical, hace poco has estrenado tu último trabajo, Chocolate con almendras, y en el videoclip vemos un gato azul que pasea por las calles de l'Escala. ¿Por qué un gato azul y por qué l'Escala?
Siempre he veraneado en l'Escala, desde que era pequeño. De hecho, cuenta la leyenda, que fuí creado allí. L'Escala, para mi, significa aislarme de la sociedad y poderme colar en mi mismo. Realmente cuando estás de cara al mar ves que las olas van, vienen y te das cuenta que todo el estrés que lleva la sociedad actual no es nada más que un concepto creado por el hombre y que, realmente, la naturaleza es tranquila, es calmada. Por lo tanto, quería dar las gracias a l'Escala por todos estos veranos que he pasado y hacerle un pequeño homenaje con las mejores postales a nivel de imagen.
Y ¿por qué un gato azul? ¡Esta es una muy buena pregunta! La canción es muy triste, pero no quería caer en el tópico de cantautor triste porqué yo considero que soy la persona más alegre del mundo. Puedo estar triste un momento puntual, un 1 % de mi tiempo. Un gato azul rompía un poco con todos los esquemas. La canción es triste, la melodía es triste pero el gato azul es alegre y esto da un giro en el videoclip y a la canción, que ya no solo te entra por el oído, sino que también entra visualmente. Tú puedes estar escuchando la canción más triste de la historia con una sonrisa en la cara viendo a un gato bailar.

"Cuando estás de cara al mar ves que las olas van, vienen y te das cuenta que todo el estrés que lleva la sociedad actual no es nada más que un concepto creado por el hombre."

Después de tantos años en el mundo de la música, tu carrera está llena de primeras veces. Por ejemplo, sabemos que la primera vez que tocaste en directo en una emisora de radio fue, dicho en tus propias palabras, “porque los engañaste vilmente”. ¡Cuéntanoslo!
¡Totalmente! Llevaba un año con la guitarra y había un programa en Radio Sabadell. Les pasé una serie de cosas y dio la casualidad que el presentador no se miró el material que le di. Creyó ciegamente que yo lo petaba a nivel musical. Así que lo que pasó fue que me hicieron una entrevista y llegó la hora de hacer el directo. Claro, una persona que lleva un año y medio con la guitarra, y no ha tenido ningún otro instrumento, es difícil que pueda hacer una cosa aceptable. Yo lo luché, tenía ganas de experimentar, de demostrar lo que hacía. Recuerdo perfectamente que estaban detrás de la mesa de control mirándome y pensando: “Este tío, ¿cómo putas ha podido engañarnos de esta manera y venir a tocar aquí en directo, que lo está escuchando todo Sabadell y parte del Vallès y puede que hasta Barcelona? ¿Cómo nos ha engañado así?” Y yo toqué mis tres canciones, les di las gracias, les regalé una botella de cava y así empecé.

Fué un acto total de valentía.
Totalmente. Un kamikaze total.

Otra primera vez es cuando grabas tu primer sencillo de forma profesional. ¿Cómo recuerdas esta primera experiencia dentro de un estudio?
La primera vez fue cuando hice la maqueta. Ya tenía varias canciones en catalán, castellano, en inglés... y hice cuatro copias de la maqueta. Una para la chica que me gustaba, una para mi, otra para mi madre y la otra, me parece que también para mi. Estamos hablando del año 2005. Y nada, fue una buena sensación, pero no fue un estudio profesional. Para hablar de la primera vez que grabo en un estudio profesional nos tenemos que remontar a la época de Malas compañías, cuando tocamos en la sala Bikini, en l'FNAC, en toda una serie de sitios... e hicimos una grabación de un cd cojonudo. De todas formas es complicado determinar qué es profesional y qué no es profesional. Para mi, si no tienes 7.000 euros en el bolsillo para apostar no es profesional y yo, ahora mismo, no los tengo. Por lo tanto, podría llegar a la conclusión que todavía no soy profesional. Esta es la realidad pura y dura. Pero dentro de dos años, cuando tenga estos 7.000 euros que necesito para grabar y para mover un poco todo el proyecto, será cuando empiece a pasar de amateur a un poco más profesional.

¿Te has planteado, en este sentido, buscar algún sponsor o alguien que te pueda hacer de mecenas?
He pensado en muchas opciones. Sí, he pensado en opciones de sponsor, buscarme 4 o 5 empresas que estén dispuestas a darme su apoyo económico. Pero yo creo que lo más importante es llegar a un punto, crear un concepto, que es lo que estoy haciendo yo ahora a través de Facebook, crear un ambiente de proyecto. No tiene ningún sentido sacar un cd y poner 7000€ si no tienes un público detrás, tiene cero sentido porque te estamparás. Por lo tanto, se tiene que hacer un plan inteligente y primero hacer el público, primero hacer el concepto, primero darte a conocer. Una vez te hayas dado a conocer, ya puedes invertir este dinero. ¿Qué pasa? Sponsors es una buena vía, pero está todo muy complicado y además, te vendes, vendes tu proyecto. Yo creo que el esfuerzo está por delante de todo, y ya que no se cobran grandes cantidades, de momento, hacerlo bien, hacerlo con el corazón y cuando se tengan que hacer cosas más importantes, entonces ya se hablará.




Si hablamos de conciertos y actuaciones en directo, a estas alturas ya llevas unos cuantos. Has tocado en salas como la Bikini, la sala Mephisto, l'Astrolabi... ¿Hay algún concierto que recuerdes de una forma especial?
Yo siempre lo diré; igual no fue en el que mejor sonamos, pero el concierto de la Sala Bikini lo tengo muy presente siempre. La sala Bikini es grande y la llenamos. Seguramente no estábamos en el punto de madurez que tocaba para presentarnos allí pero fue mágico. Cuando salí, fue la primera vez en la vida que me tembló una pierna. No me caí, evidentemente, pero me tembló una pierna. Cuando salí, vi tanta gente que fue como un: “¡Uepa!”. Este es el concierto que más recuerdo porque nos pagaron bastante dinero, porque disfruté como un cerdo, porque estaba toda mi gente allí y porque la sala estaba llena.

Y a nivel de escenarios, ¿hay alguno que digas: “Mi objetivo es llegar a tocar aquí”?
El lugar en el que más me gustaría llegar a tocar es el Palau de la Música. Para mi es un lugar mágico, he ido un par o tres de veces y realmente es muy mágico. Será muy complicado, para que nos vamos a engañar, pero se luchará.

¿Con esto tenemos que entender que prefieres los conciertos de grande formato a los que son más a pequeña escala o reducidos?
No, yo creo que todo tiene su qué y se tiene que saber valorar cuando toca hacerse grande y cuando toca hacerse pequeño. Hacerse grande implica mucha más cosa a nivel económico, a nivel de movilización. Un concierto pequeño es muy cercano. La percepción de las sensaciones que tienes en un concierto grande y en uno de pequeño son distintas. Tampoco es que es que haya hecho muchos, tampoco es que estés hablando con alguien que ha llenado el Sant Jordi, pero la sensación es que un concierto más o menos grande es muy frio. También depende de lo que tú quieras mostrar. Si quieres mostrar tu proyecto, con un concierto grande llegarás a más orejas y evidentemente tendrá más proyección. En un concierto pequeño, por contra, puedes explicar pequeñas cositas entre canción y canción, cosas que con un formato grande no podrías explicar; hay tiempo para reír, para un “tuya-mía” con el público... Todo tiene su qué, depende del momento. Yo creo que un buen artista tiene que hacer las dos cosas. Es admirable que una persona que llena sitios vendiendo entradas a 40€, pueda algún día dejarse caer por sorpresa en algún antro de cualquier ciudad del mundo y ofrecer un concierto a la gente que está allí.

Y ya para terminar... ¿Tienes algún proyecto futuro que se pueda explicar?
Són las típicas cosas que no me gusta decir porque después se lia parda, pero ahora mismo tengo vuestra entrevista, nada descartable; tengo una actuación en directo en Radio Sant Quirze, un concierto en Sabadell y alguna cosa con alguna tele ya más de no tan segundo nivel que podría salir.

Muchas gracias y mucha suerte en todos tus proyectos.
Gracias a vosotros.


Como todavía tenemos los vasos medio llenos, alargamos el encuentro un rato más y terminamos hablando un poco de todo: la situación económica, la realidad política del país, fútbol... Las típicas conversaciones de bar.






Texto: Vanesa Hereu
Fotografías: Francesc Xavier Badia

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